El presidente italiano, Sergio Mattarella, condenó hoy los insultos proferidos ayer contra Giorgia Meloni durante una marcha en recuerdo de un militante de izquierda asesinado en 1980, en la que los manifestantes quemaron una efigie de madera representando a la primera ministra.

"Estamos asistiendo a una serie intolerable de manifestaciones de violencia: insultos, vulgaridades del lenguaje, intervenciones sin contenido pero llenas de agresiones verbales, e incluso efigies quemadas o vilipendiadas, varias veces de la propia Primera Ministra, a quien se debe expresar toda nuestra solidaridad", dijo Mattarella a un grupo de estudiantes que recibió en el Palacio del Quirinal. 

El episodio se produjo en el barrio romano de Montesacro, durante una marcha para conmemorar el asesinato del militante Valerio Verbano, en 1980, a manos de neofascistas. Los participantes insultaron a la premier, dejaron pintadas amenazantes y quemaron un maniquí de madera con su figura.

El jefe estado subrayó que "la confrontación política, el contraste de ideas y propuestas, la competencia, incluso electoral, son mortificados y distorsionados", por estas expresiones.

Los insultos y la quema de la efigie generaron una ola de repudios en la política italiana, tanto del oficialismo como de la oposición, a través de las redes sociales.

El canciller y vicepremier, Antonio Tajani, sostuvo en X que "no se defienden las ideas con violencia, insultos y amenazas.

Los actos de los últimos días contra la primera ministra son vergonzosos. Solidaridad total con Giorgia Meloni. Ciertamente, no es una mujer que se deja intimidar. ¡Un abrazo!".

Por su parte, el titular del Senado, Ignazio La Russa, calificó el episodio como grave e inaceptable y por eso espero una condena firme de todas las fuerzas políticas". El enfrentamiento, por duro que sea, no debe convertirse nunca en en violencia e intimidación".

Para el presidente de la región de Liguria, Giovanni Toti, quemar una imagen de la premier es "una grave intimidación" y "un gesto que demuestra una vez más el clima de odio que se está extendiendo en nuestro país y que todos debemos comprometernos a parar".

Otro gobernador, el presidente de la región de Sicilia, Renato Schifani, consideró que la quema de la efigie "es el resultado del actual clima envenenado. Espero que podamos volver a un debate civilizado y sereno".

Desde la oposición llegó la solidaridad del presidente de los senadores del Partido Democrático, Francisco Boccia.

"Somos adversarios políticos, nos enfrentamos en el país, en las plazas y en el Parlamento, pero nada puede justificar gestos intolerables en una democracia", dijo Boccia.

"Quemar un maniquí que representa a la primera ministra es un acto vergonzoso, que no puede aceptarse en nuestra dialéctica política. La solidaridad nunca personal de los senadores del Partido Demócrata va hacia Giorgia Meloni", agregó.

Otra voz opositora fue la de la diputada Maria Elana Boschi, del partido Italia Viva, que advirtió que "quemar un maniquí que representa a Giorgia Meloni no es una broma, es un gesto intimidante que no puede subestimarse ni tolerarse".

"Las opciones políticas de la premier están lejos de las mías, subrayó Boschi, pero aún más lejos están las acciones de aquellos manifestantes que, en lugar de pedir verdad y justicia, piden venganza. Gestos similares no pueden tener espacio en una democracia". (ANSA).