La intolerancia tiene que ver con la no aceptación del prójimo con cualquier excusa: religión, orientación sexual, color de la piel, estatura, condición socio-económica cultural, entre otras cosas. Somos intolerantes cuando por nuestra ilimitada percepción no percibimos al otro en su justa dimensión. Si queremos exterminar, eliminar, agredir a otro ser humano buscamos una excusa irracional para justificar nuestra acción. Esa conducta refleja el lado oscuro del hombre, mientras más tolerantes seamos, más espirituales somos, estamos menos atados a lo terrenal.