A diferencia de la mayoría de las ciudades europeas, donde la bicicleta es un medio de transporte más – e incluso puede ser el más usado-, existe poca infraestructura en las urbes en Latinoamérica para pedalear. Una situación que produce que la región esté relegada en esta tendencia mundial. Sin embargo, se incentiva cada vez más y en muchos países su uso como alternativa al auto para recorrer distancias urbanas.