El matrimonio formado por Nidialys Acosta y Julio Álvarez abrió hace seis años Nostalgicar, una tienda dedicada a estos vehículos que funciona también como taller. Nunca pensaron que llegaría a tener tanto éxito:
“Estamos haciendo crecer el negocio, porque queremos salir adelante, porque tenemos familias que dependen de nosotros, personas que dependen de nuestro trabajo y que si nosotros no somos capaces de encaminarlo también eso puede fracasar y es como una responsabilidad que tenemos ante ellos, ante nuestra familia, ante nuestros amigos y ante la sociedad”, decía Nidialys Acosta, copropietaria de Nostalgicar.
Con la llegada de Trump temen por su negocio, que da trabajo a decenas de conductores y mecánicos. En algunos de sus 22 clásicos estadounidenses han llevado desde a Michelle Obama hasta a Madonna.
“Sé que muchos estadounidenses desean venir y ver lo que antes era prohibido, como la fruta prohibida. Así que ahora que está un poco más abierto la gente tiene muchas ganas de venir y ver los coches vintage”, contaba un turista de Estados Unidos.
Nostalgicar comenzó su andadura en 2011, cuando Nidialys y su marido aparcaron dos Buicks del 56 a la salida del icónico Hotel Nacional, en el Malecón, para atraer a los turistas. La empresa no ha parado de crecer desde entonces. (Euronews)