La premier italiana, Giorgia Meloni, se reunió hoy por primera vez -tras asumir oficialmente el cargo- con el presidente francés, Emmanuel Macron, con quien habló sobre la situación de la energía, además de discutir todos los principales dossiers europeos.
Meloni y Macron conversaron, entre otras cosas, sobre la necesidad de dar respuestas rápidas y comunes sobre la energía cara, el apoyo a Ucrania, la difícil situación económica y la gestión de los flujos migratorios.
El encuentro con el mandatario francés llegó después de la reunión que mantuvo durante una hora y media con Mario Draghi para ese traspaso "ordenado" que había preparado minuciosamente el primer ministro saliente.
Un primer Consejo de Ministros (CDM) relámpago, justo el tiempo para formalizar los cargos de los dos viceprimeros y del subsecretario de la presidencia y motivar a sus ministros, seguros de que los "búhos" tendrán que cambiar de opinión y que el gobierno "sorprenderá".
Meloni se había pasado todo el día estudiando los expedientes, en especial aquel urgentísimo de energía -en el CDM llegó el anuncio de que el ministro saliente Roberto Cingolani se quedará con una asesoría gratuita para facilitar la transición- y reparar su debut internacional con el cara a cara con Macron en Roma.
Tras el encuentro, los presidentes de Italia y Francia coincidieron en el deseo de continuar con una colaboración en los grandes desafíos comunes a nivel europeo y en el respeto de los intereses nacionales mutuos, escribió en una nota el Palacio Chigi.
"Como europeos, como países vecinos, como pueblos amigos, con Italia debemos continuar todo el trabajo que hemos comenzado. Para lograrlo juntos, con diálogo y ambición, se lo debemos a nuestros jóvenes y a nuestros pueblos. Nuestro primer encuentro en Roma, Giorgia Meloni, va en esta dirección", dijo Macron en su cuenta de la red social Twitter.
Meloni y Macron, si bien no se conocen, en la reunión tomaron medidas mutuas de cara a las próximas batallas europeas, y confirmar los acuerdos firmados con el Tratado del Quirinale.
Pero el tema más importante -el dossier se profundizará más adelante- es el techo del precio del gas, que en el último Consejo Europeo alejó el eje París-Berlín.
Sin embargo, contra la elección de Alemania de seguir adelante sola, con el escudo de 200 mil millones, Meloni tomó partido de inmediato, usando casi las mismas palabras que su predecesor del Palacio Chigi. Y se lo repitió al presidente francés.
El objetivo del tet a tet, en resumen, es confirmar que Italia sigue siendo amiga de Francia, una amistad que no se vio comprometida ni siquiera por el incidente de los chalecos amarillos encontrado por Luigi Di Maio durante el primer gobierno de Giuseppe Conte. Pero también es para enviar una señal de distensión tras la polémica en torno a la votación desencadenada por la ministra francesa Laurence Boone ("vigilaremos el respeto a los valores y al Estado de derecho", dijo).
Con el cambio de gobierno, la posición de Italia no cambia, aseguró Meloni a Macron, que tenía una relación cercana, incluso personal, con Draghi, tanto que lo invitó a una cena de despedida en el Elíseo unos días antes del cambio de la campana.
Antes de ver a Macron, Meloni confrontó a todos por un largo rato sobre estos temas, con el Primer Ministro saliente, quien la saludó en la escalera con un apretón de manos y un palmadita en el hombro, después de preguntar "¿cómo estás?". Ahí la neopremier admitió que la emoción es fuerte, posa a favor de fotógrafos y luego se encerró en la oficina del presidente.
Los dos se enfrentaron cara a cara, y al final se les unió Roberto Garofoli, subsecretario saliente, y Alfredo Mantovano, recién juramentado.
Un análisis de la situación internacional, a partir de la guerra de Ucrania, y de la situación económica enturbiada por los nubarrones de la crisis energética, ocuparon buena parte de la primera hora del encuentro.
Cuando entraron los dos subsecretarios, pasaron a cuestiones más concretas, sobre medidas para contrarrestar el alza de las facturas, sobre la implementación del Plan Nacional de Recuperación y Resiliencia (PNRR), sobre la maniobra que el nuevo gobierno deberá redactar en tiempo récord.
Italia lo hará, tiene todas las herramientas para hacerlo, el mensaje tranquilizador que Draghi habría repetido a su sucesor después de haberlo reiterado varias veces en público en los últimos meses.
Meloni está convencida de eso, siempre y cuando el equipo permanezca "unido" y se ponga, de inmediato, manos a la obra: tomar las fotos y celebrar el momento que es histórico, sin embargo, como tuitea, ahora toca "escribir el futuro".
Hay grandes "responsabilidades" que le esperan al ejecutivo y la "difícil" situación, pero el gobierno estará a la altura de las "emergencias" del país.
Meloni es consciente, explicó más de un ministro, de que se inicia en un clima de "desconfianza" por parte de la prensa, si no de "hostilidad", pero dijo estar segura de que "con el compromiso de todos" el ejecutivo de centroderecha será "una sorpresa". Y no solo para Italia. (ANSA).